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Foto del escritorGabriela Zepeda

Así nació Fagaddie...(EDDIE y YO).

Yo, al igual que tú, quería un buen lugar para dejar a mi perro mientras salía de vacaciones. Al igual que tú, padecí el proceso de la pipí en la sala, de tirones al sacar a pasear a Eddie, MI PERRO; mí gran maestro y por el que inicié mi formación canina.


Todo empezó cuando decidí regalarle a mi hijo de 12 años una perro en Navidad. Así es, como si un perrito fuera un peluche, ¡primer gran error!


¿ Quieres saber cómo comenzó mi aventura ?

Durante mi niñez tuve variedad de mascotas y siempre he sido amante de los animales, pero hasta que Eddie llegó a nuestras vidas fue que entendí lo que implica ser responsable de un ser vivo que no es de mi especie. Comprendí que tiene necesidades específicas de su raza, instintos que es indispensable saciar y una importante carga genética que no se debe ignorar.


Ahora sé que no entiende mi idioma a pesar de lo que muchos creen y, lo más importante, que las principales y más comunes conductas que consideramos inapropiadas, tienen origen en sus emociones y, en la falta de habilidad para gestionarlas. En el momento que lo comprendí, la magia comenzó:


El amor a mi perro me llevó a entender que, en familia, con ganas de aprender, y de la mano de la empatía, podría hacer de Eddie un ser independiente, feliz, emocionalmente estable y equilibrado.


La raza de Eddie es compleja, sin mencionar la especie; claro esta, y gracias a eso fue que decidí empezar a estudiar más sobre ella para poder comunicarme con él y entendernos mutuamente, logrando así una sana convivencia. Desde ese momento mi formación canina no ha parado, me sigo formando y adaptando algunos métodos que se aplican en Europa y que poco a poco van llegando a América Latina revolucionando el tradicional sistema de educación canina.​

El tipo de educación que muchos guías caninos imparten el día de hoy en Europa se basa en el autocontrol del perro, el manejo de sus emociones, en canalizar sus instintos y ayudarles a liberar su energía con diferentes técnicas, no sólo con ejercicio físico, entre otras cosas. Así fue que entendí que amar a mi perro no significaba que sabía de perros, ni que podría hacerlo feliz, comprendí que es indispensable prepararse, esforzarse y sobre todo ser constantes, además de brindarles amor.

Por todo esto es que hoy estoy aquí, anhelante de enseñarles a guiar a sus perritos para lograr la armonía que todos soñamos al integrarlos a nuestra familia. TÚ COMO YO, PUEDES LOGRARLO.

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